jueves, 17 de febrero de 2011

"La vida és d'aquells que persegueixen els seus somnis..."






“Steve Jobs, fundador de Apple, pronunció en la Universidad de Stanford uno de los discursos de graduación más famosos e impactantes de la historia.

El emotivo discurso de Jobs estaba dividido en tres historias. La primera versaba sobre “conectar los puntos”, esos hechos que nos van sucediendo a lo largo de la vida. “Tenéis que confiar –dijo a los universitarios– en que los puntos se conectarán alguna vez en el futuro. Tienes que confiar en algo, tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Esta forma de actuar –añadió– nunca me ha dejado tirado, y ha marcado la diferencia en mi vida”.

La segunda historia trataba sobre el amor y la pérdida. “A veces, la vida te da en la cabeza con un ladrillo. No perdáis la fe. Estoy convencido de que la única cosa que me mantuvo en marcha fue mi amor por lo que hacía. Tenéis que encontrar qué es lo que amáis. Y esto vale tanto para vuestro trabajo como para la gente que queréis. El trabajo va a llenar gran parte de vuestra vida, y la única forma de estar realmente satisfecho es hacer lo que consideréis un trabajo genial. Y la única forma de tener un trabajo genial es amar lo que hagáis. Si aún no lo habéis encontrado, seguid buscando. No os conforméis. Como en todo lo que tiene que ver con el corazón, lo sabréis cuando lo hayáis encontrado”.

Al llegir aquest article, vaig pensar en la tasca que estan realitzant el Fernando i la Mireia. Crec sincerament que ells se sentiran identificats amb aquestes paraules. Jo penso que han sabut “connectar els seus punts”, confiant en el seu instint i posant rumb sincer cap el seu destí.

Quants de nosaltres podem dir que tenim un treball, genial, amb el que estem completament satisfets?. Quants, podem dir que hem trobat realment allò que ens omple el cor per a la tasca del dia a dia?. Quants podem dir, que a més a més d’haver trobat allò que ens omple en la feina, estem ajudant a les altres persones a millorar; les seves condicions de vida, la seva salut, la seva autoestima, els seus coneixements?. Quants de nosaltres podem dir que rebem en el nostre dia a dia somriures d’agraïment?....JO NO!!, (sense desmereix la meva feina, ni molt menys!).

La Mireia, va dir-nos un dia; “que la vida és d’aquells que persegueixen els seus somnis...”. Posant el cor i l’ànima en el que fan, havent trobat allò que els omple, allò que estimen. I se que el seu somni, s’està complint allà...entre tots aquests nens...entre tota aquesta selva.

Jo els admiro, i sento que aprendré alguna cosa d’ells.

lunes, 7 de febrero de 2011




Hace unos años decidí estudiar Educación Social, no porque quisiera tener una carrera, ni porque la sociedad te dicte que tienes que estudiar, sino porque realmente deseaba vivir mi vida de la mano de aquellas personas que, por lo que sea, están al margen de una sociedad que vive a un ritmo que la mayoría no pueden seguir, no les dejamos seguir. Hay tanta desgracia en el mundo, aquí y allá, en todos los lugares, que no me veía trabajando ignorado a todas estas personas, sólo para mí, para conseguir un trabajo en el que gane mucho dinero, para encontrar al hombre “de mí vida”, comprarme un piso, hipotecarme de por vida… y hacer todo lo que se supone que uno debe hacer. Todavía pensar en esto me crea una gran angustia.
En esta vida yo no quiero dinero. Creo que para que otras personas puedan vivir dignamente, los poquitos afortunados que vivimos en el “gran primer mundo” deberíamos tener un poquito menos, ser menos ambiciosos, por eso las circunstancias de la vida me han llegado a hacer sentir que quiero una vida humilde. Humilde y llena de felicidad. Y la verdad, lo he conseguido, y espero trabajar siempre duro para no perder esta perspectiva, aunque no siempre es fácil.
Conocí a Fernando. Un día conversando, estábamos haciendo noche de guardia juntos, nos pusimos a hablar sobre la vida, sobre las ambiciones, sobre el amor, el futuro… La verdad que casi no nos conocíamos pero la conexión que tuvimos fue muy grande. Ahí hablamos por primera vez de poder trabajar en otro lugar, África, por ejemplo, decíamos, pues coincidíamos que si bien es cierto que pobreza la hay en todo el mundo, los recursos no existen en todos los lugares, y hay sitios que están abandonados y absolutamente maltratados por ese abandono. Los “nadie”, dijimos.
Todo fluyó, Fernando y yo nos dejamos llevar sin pretender nada, sólo siguiendo a nuestros corazones. Y surgió un gran amor entre nosotros que ha ido creciendo todos los días. Y del amor nació un proyecto de amor hacia las otras personas.
Tengo todo lo que deseo, todo lo que necesito y un corazón que ya está viviendo y latiendo en África. Y así es como soy feliz, porque la felicidad no es una búsqueda, sino un estado.

martes, 1 de febrero de 2011

Djoum


Sembla que si situo aquesta ciutat en el mapa, no la sento tan lluny.
Així doncs, busco aquest continent; Àfrica, i busco Cameroun,
 un cop a Cameroun men vaig cap al sud fins a Djoum,
ells viuen a pocs kilòmetres daquesta ciutat.
Ara hi ha molta pols, pols vermella...que es fica per tots els racons,
que tembruta els cabells i la cara.
LÀfrica està lluny...molt lluny!
Però a la nit quan busco la lluna i
estiro les meves mans al cel per intentar tocar-la;
se que és la mateixa lluna que estan veient ells.